lunes, 20 de junio de 2016

Sobre mudanzas y quimeras...




Tu corazón estaba de mudanza, pero aún así me invitaste a entrar…

Supe que jamás saldría de allí, era tarde y ya no escuchaba mis pasos.

Fui una presa fácil, un Ulises sordo ante su destino…

¿A dónde piensas ir? ¡Vayamos al altar de los sacrificios!

Mientras reías me abriste en canal, con esa risa funesta de los que no piensan volver.

Tus cabellos se movían al compás de mi agonía perfumando mi cadalso.

Todavía puedo escuchar las trompetas que anunciaron mi condena.

El futuro ya no existía y el presente derramaba sus últimos besos…

En el silencio de mi celda aún escucho tu voz helada.

Terminaste la mudanza y ahora tu corazón está vacío…

Pero a mí me olvidaste dentro…