miércoles, 11 de mayo de 2011

Sobre Bin Laden, polvos y terrorismo...















El ajusticiamiento de Osama Bin Laden (y digo ajusticiamiento porque creo que se ha hecho justicia) me ha hecho retomar una de esas teorías que siempre me acompañan y a las que encuentro todo el sentido del mundo... En este caso, mi pensamiento se explica con unas pocas palabras: los terroristas musulmanes son lo que son porque follan poco o nada.

Quizás parezca una 'boutade', pero tiene su lógica... En los países musulmanes donde habitan más terroristas por metro cuadrado existe una poligamia social y religiosamente aceptada. Esta poligamia impide a muchos varones follar con hembras, es decir: hay pocos que follan mucho y muchos que follan poco.

Está científicamente comprobado que los machos que no copulan aumentan considerablemente su nivel de testosterona, algo bastante preocupante si la cosa se alarga en el tiempo, como le ocurre a muchos devotos de Alá. El hecho de follar poco les hace estar todo el día cabreados y con la escopeta siempre cargada (nunca mejor dicho), generando una sociedad estresada en la que la violencia, en especial la de índole machista, es el pan de cada día.

No se trata de casos aislados, en los que unos pocos inadaptados follan poco (como ocurre en Europa, donde además uno siempre puede irse de putas en caso de apuro). No, aquí se trata de una gran parte de la población que se ve privada de hembras decentes; factor agravado por la escasez de trabajos decentes, de un gobierno decente, de una educación decente y de unas normas morales decentes... Un cóctel realmente chungo.

Tampoco ayuda el que bastantes mujeres musulmanas, cuando follan, lo hagan coaccionadas por el miedo. Efectivamente, ellos saben que sus mujeres les tienen miedo, y que si se abren de piernas no es por gusto ni por placer (gracias a la ablación entre otras cosas). Ser conscientes de inspirar tan poco deseo ha creado un rencor hacia la mujer como género en sí (ni siquiera se preocupan de intentar conocerlas) de consecuencias nefastas... Como vemos, la cosa se complica por momentos.

Si encima estos chavales ven por televisión como por estos lares follamos de una manera más o menos habitual y que, encima, nuestras mujeres se van con nosotros al catre de bastante buen grado y no por miedo (practicando de mutuo acuerdo y en gozosa armonía, mamadas, cunilingus y otras guarrerías), pues el cabreo ya es mayúsculo... Lo mínimo que desean es degollarnos y follarse ¡cómo no! a nuestras mujeres.

Sólo hay que fijarse en lo que los líderes del terrorismo prometen a los primos que se autoinmolan en atentados suicidas... ¡Ir al paraíso con 72 vírgenes! No es por nada, pero la cosa da que pensar.

Por eso yo invito a las autoridades, las que sean, a que intenten acabar con la práctica de la poligamia en esos países. No sé de qué manera, pero la cosa es urgente. Por dar ideas propongo que Bibiana Aído vaya a darles alguna lección de igualdad a los muyahidines... Si esto falla, lo único que se me ocurre es que la ONU, en lugar de bombas, lance desde el cielo a divorciadas juguetonas, putas, viudas y chonis de barrio; así, de una vez por todas, estos pichas bravas reconvertidos en terroristas echarán un puto polvo y quizás dejen de joder al resto de la humanidad.