martes, 28 de febrero de 2012

Sobre Mercurio, la nada y el éxtasis




Mercurio atravesando mis entrañas. San Jorge derrotado y sin espada... La voluntad encantada: miedo, silencio, sorpresa... Tú me miras.


El mayor de los bufones, Aristófanes reencarnado; el ingenio enamorado. Burbujeantes retazos del paraíso... Tú te ríes.


¡No es posible! Creo estar muerto, más no veo lago ni barca. Sólo siento en mis venas el lívido éxtasis de Santa Teresa. Ya no tengo piel... Tú me tocas.


La nada, el todo y de nuevo la nada. Regresé de Mercurio, derroté al dragón, abandoné el paraíso y me olvidé de Santa Teresa. Estás lejos... Ya no me miras, no te ríes, no me tocas...