domingo, 28 de febrero de 2010

Sobre Dios y su creación...



¿Y si nosotros, simples humanos, fuésemos los creadores de Dios?

No me refiero a que la religión sea un invento para controlar a la gente o darles simplemente esperanzas...; eso ya está muy trillado. Quiero decir literalmente que, quizás, nosotros los hombres estemos creando a Dios sin tan siquiera saberlo.

Es una idea que me ronda la cabeza desde hace algún tiempo... Dios no existe todavía, pero dentro de varios miles de años existirá...

Me explico. Nuestra civilización surgió a partir de una simple célula y aún continúa en evolución. Cada vez llegamos más y más lejos y nuestra capacidad no parece tener fin...

Nuestra inteligencia ha alcanzado cotas inimaginables hace tan sólo unos pocos siglos. Intuyo que dentro de varios cientos de años seremos capaces de superar nuestras barreras biológicas y crearemos máquinas y hombres-máquinas mucho más inteligentes de lo que somos ahora.

Esa inteligencia, la humanidad entera, se expandirá fuera de este planeta. Las máquinas crearán a su vez otras máquinas increíblemente inteligentes con todo el saber acumulado de nuestra historia. Conquistaremos otros mundos... el Universo.

No se parecerá a nada de lo que conocemos ahora. Imagino que con el tiempo no hará falta ni tan siquiera un soporte físico para albergar esa inteligencia. Una inteligencia que, además, se comunicará con el resto hasta formar un todo, un ente infinitamente inteligente y omnipresente... Dios.

O sea, que a partir de un humilde origen biológico que surgió hace millones de años en un rincón apartado del cosmos, la Tierra, dentro de otros tantos millones de años lo que existirá será una inteligencia suprema que todo lo controle y todo lo sepa...

Tal vez divague en exceso, pero quiero creer que como el tiempo es algo relativo, ese mismo Dios que aún no existe, pero que existirá, podrá romper la barrera temporal y que por ello ahora mismo nos está viendo y sabe de nuestras pequeñas miserias y deseos. Por eso, a lo mejor, sí es verdad que nos oye y nos escucha cuando le rezamos.

No sé si lo que digo es una locura o un pensamiento revolucionario. Sólo supongo que tal vez la historia no es como nos la han contado, sino que es completamente al revés: Dios no nos creó..., nosotros en el futuro le crearemos a él.

Por eso creo que Dios habita en cada uno de nosotros. Pienso que todas las miles de millones de vidas, hasta la más pequeña, que en el mundo han existido y existirán tenían un propósito, un fin... crear a Dios.


sábado, 6 de febrero de 2010

Sobre Haití...




Haití, Haití, Haití...
No hay mal que cien años dure... excepto en Haití.
Nos impresionan más los muertos que los hambrientos...
Pero los muertos están muertos.
Y los hambrientos...
Todos los males de nuestro siglo se concentran en Haití.
También nuestros pecados están en Haití.
Quizás el infierno sea nacer en Haití...
Dios aprieta pero no ahoga... excepto en Haití.