viernes, 20 de noviembre de 2009

Sobre muros, comunismo y silencios



El muro cayó y todo el mundo pudo ver el triste y fláccido culo del comunismo. Sus vergüenzas quedaron por fin al descubierto y con ellas desaparecieron las manos que tapaban las bocas de millones de europeos ansiosos por contar sus pequeñas grandes verdades. Había que elegir entre tapar bocas o culos... Al final no pudieron ni con lo uno ni con lo otro.

Primero fueron los alemanes del Este quienes se libraron del cuento de los alegres camaradas. Tras ellos, polacos, húngaros, checos, búlgaros, rumanos, yugoslavos y rusos se fueron sacando del trasero ese gran pene que llevaba décadas dándoles lecciones de amor no correspondido.

Los 22.000 polacos asesinados en los bosques de Katyn, los rusos condenados a pasar unas largas vacaciones en esos resorts de la muerte llamados gulags, los 6 millones de ucranianos a los que dejaron morir de hambre por obra y gracia de Stalin durante el genocidio de Holodomor... Todos ellos, y muchos más, fueron poco a poco rescatados de una memoria histórica que a muchos progres de puño en alto no les conviene recordar.

Esos mismos que se rasgan las vestiduras por las atrocidades cometidas por nuestro impresentable caudillo; los que no olvidan la barbarie de la bestia de Pinochet y se les llenan los ojos de lágrimas con la tragedia de las madres de la Plaza de Mayo, son los mismos que callan, ocultan o justifican los crímenes pasados y presentes de sus colegas de la hoz y el martillo.

Se les llena la boca cuando defienden los derechos humanos, la democracia y la libertad de expresión...

Pero los muertos hablan, las cárceles gritan y los números cantan... La maldad también forma parte de su patrimonio.

Y todavía lo sigue haciendo...

Si se les menciona la falta de libertades civiles en Cuba, ellos replican que allí todos los niños van al cole (¿como aquí con Franco?) y que el resto son cuentos chinos del imperialismo yankee. Si aprovechamos la oportunidad para hablar de la represión china en Tianamen, la cosa no va a mejorar. Y si les dejamos caer algo sobre las locuras megalómanas del amo y señor de Corea del Norte, sus venas comenzarán a hincharse y, antes de lo que pensamos, acabarán llamándonos filo-fascista, facha, imperialista, gusano o simplemente 'hijoputa'.

Juegan con ventaja... gritan mucho, escriben aún más, y sus pelis siempre son muy emotivas.

Ellos tienen el monopolio de la sensibilidad, el arte y el buen gusto...

Hacerles ver el fracaso del comunismo es igual de inútil que intentar convencer a un skinhead de la igualdad de derechos entre personas de distinta raza. Ambos son las dos caras de una misma moneda de fanatismo, sólo que unos llevan con más gracia el disfraz de la hipocresía.

Es todo una cuestión de fe, de una fe que entró en barrena hace ahora 20 años con la caída de un muro tan cutre como sus constructores. Una fe que, como tantas otras, se ha llevado por delante a generaciones enteras y que, a falta de opio, se fumó al mismísimo pueblo para poder llevar a cabo sus idílicas ensoñaciones... Menos mal que en Europa cada vez está peor visto eso de fumar.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Sobre héroes...

Necesitas un héroe. Alguien que te rescate de las arenas movedizas de tu existencia; que se enfrente al hombre de negro y las flores rojas; que te libere de la condena del despertador, de lo que no elegiste y de lo que desechaste.

Necesitamos un héroe. Aquél que nos devuelva los años perdidos, el que acabe con los malditos, limpie nuestras aguas y purifique nuestros cielos. No será fácil, pero él lo hará por nosotros, los pobres de espíritu.

Será rápido, fuerte, implacable...

Será dulce, lejano, encantador...

De su boca sólo saldrán el aliento de la verdad y la esperanza.

Acudirá precedido del coro de los serviles, de las miradas de los cobardes y del olor de los muertos.

Tal vez ya lo hayas visto en la televisión, en tus sueños o en aquella fiesta en la que lloraste.

Puede que creas no necesitarle; pero antes del otoño, esta puta vida y sus sonrientes aliados te mostrarán el horror...

Será entonces cuando llegue tu héroe...


lunes, 2 de noviembre de 2009

Sobre Marina, la vida, las potencias y los actos...




Marina tiene 18 años y acaba de empezar a estudiar publicidad y márketing en la universidad. Es una chica de esas que van doblando cuellos cuando sale a pasear por las calles de Valencia. A Marina le encanta bailar, de hecho es una consumada bailarina que acumula en su habitación kilos y kilos de hojalata, fruto de las numerosas medallas y trofeos que sus piernas y su desarmante mirada le han hecho ganar desde que era menos niña de lo que es hoy.

Dentro de unos años puede haber dos Marinas totalmente distintas. Una es la Marina que yo conozco, brillante y divertida; con un título universitario bajo el brazo, tal vez algún príncipe azul y volando tan alto como su adorada Campanilla...

La otra Marina nunca pudo terminar en la universidad, sus zapatillas de baile son ahora parte del decorado de tiempos mejores que ya nadie espera que vuelvan. En lo que a príncipes azules se refiere, nada de nada..., todo lo más algún patán ocasional más morado que azul.

Marina está embarazada. Hace poco más de un mes un chico ancho de brazos y sonrisa le dijo que la quería, que siempre estarían juntos y que nunca le fallaría. De más está decir que le falló mucho y la folló todavía más; ahora ella está en una encrucijada y no sabe qué camino tomar...

Si toma el camino del sentido común su vida será como siempre debió ser, pero para muchos será una asesina o en el mejor de los casos una inconsciente. Si toma el camino del corazón todo su mundo cambiará para siempre cuando aún no toca, y lo peor es que también para muchos seguirá siendo una inconsciente.

Haga lo que haga estará sola...

Aún no he visto a ninguno de esos grupos pro-vida manifestarse por los niños que mueren de hambre y miseria en Sudán, Palestina, Bolivia o Haití. Nunca he tenido constancia que se preocupen por el derecho a vivir de los condenados a muerte. Ni siquiera he oído que alguna de estas organizaciones antiabortistas sufraguen los gastos de ningún orfanato o apoyen a madres solteras con dificultades económicas... ¿De veras les preocupa la vida humana o tan siquiera la vida de los niños?

Más bien creo que lo que les molesta es lo que ha generado esa vida, lo que la antecede, es decir..., el sexo. He aquí lo que de veras escandaliza a estas personas que claman por el derecho a vivir de unos embriones que ni sienten ni padecen, pero que ignoran olímpicamente el derecho a vivir dignamente de los niños y adultos del resto del planeta. Está claro, no es otra cosa que el folleteo lo que les fastidia..., el que haya gente (joven en su mayoría) que meta y saque sin pagar por semejante desvergüenza, sin que ello tenga consecuencias directas y negativas en sus vidas.

Si tenemos en cuenta lo que en filosofía se denomina 'potencia y acto' está claro que un embrión es un ser humano en potencia, pero no lo es en acto; por tanto eliminarlo podría ser considerado un 'crimen' contra un potencial ser humano. Está también muy claro que un embrión no tiene conocimiento alguno de su condición (ni de absolutamente nada). Sólo nosotros sabemos de las cosas que al nacer se encontrará en este mundo, del bien y del mal, de la vida y la muerte, del ruido y el silencio. Somos nosotros quienes tenemos la conciencia que él no tiene y según ella, ponderando las circunstancias, deberemos actuar asumiendo lo que venga.

Lo importante del asunto es que se trata de un 'crimen' que la ley ampara porque las conciencias de mucha gente así lo quisieron. Moral y éticamente abortar es mucho más legal que otros crímenes legales que se cometen en el mundo sobre los cuales los antiabortistas nada dicen.

Quien aborta no lo hace por diversión, ni mucho menos (aunque algunos se empeñen en pensar lo contrario), sino siguiendo una de las dos únicas vías posibles ante esta encrucijada: traer al mundo una vida (jodiéndo de paso la suya propia y muy posiblemente la de la criatura), o sacrificar a un embrión (que aún no sabe que lo es) y tirar para adelante haciendo algo para lo que nadie nos ha preparado jamás.

Marina es en potencia una muchacha con un futuro prometedor, de ella depende que con el tiempo lo sea en acto. Por eso yo le he recomendado que aborte; pero, si aún le quedan dudas én su cabecita, también le he pedido que antes de hacer nada se ponga en contacto con todas las organizaciones antiabortistas que pueda encontrar... Si alguna de ellas, o tal vez alguno de sus fervorosos miembros, es capaz de garantizarle por escrito la manutención de su hijo y el que ella pueda disponer del tiempo suficiente para terminar su carrera, entonces que se replantee lo de abortar. ¡Quién sabe, lo mismo todo tiene un final feliz y descubrimos la solución a su problema y al de millones de mujeres!...¿Acaso la vida de un niño no merece que los cristianos de noble corazón se rasquen un poco el bolsillo?